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GALLUS

¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir otra de oricios?

¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir otra de oricios? Cuando Velino vio a Servanda chupando sus dedos manchados de vinagreta y dirigiéndole miradas libidinosas, se echó a temblar. Aquella muyer tan delicada se había transformado totalmente al sentarse a la mesa. Ahora mientras chupaba la andarica, parecía una vampiresa de Avilés, dispuesta a guiar su lengua por las oscuras sendas del vicio y la perversión. ¡Descálzate por favor! le susurró llena de exitación. Velino, que jamás había imaginado aquellos oscuros deseos de sidrería, quitó la chiruca como pudo y se adentró en las zonas neblinosas de lo prohibido, acariciando sus piernas disimuladamente con sus calcetos de economato. Servanda, experta sin duda en orgías de pumarada y otras perversiones, reaccionaba al toqueteo vibrando por lo bajini. Televisaban el Sporting en la Copa, y Velinin aaprovechaba la retrasmisión para emitir sonidos de arrullo con algún "toca y marcha Barralin" que no diera lugar a sospechas...  Todo iba como la seda, el calcetín en la entrepierna y los oricios en su punto. Hasta que un paisano gritó: ¡Eso, eso da-y por bajo! "Ostia, ya me pillaron", se dijo Velino replegando la pierna en un acto reflejo. Entonces, tan cándido y tan noblón, decidió que lo mejor era tomar el toro por los cuernos, y se fue directo hacia la barra medio descalzo y voceando. ¿Qué ye, que no puedo estimular a la mi moza, oh? Yo por debajo la mesa faigo lo que quiero ¿oiste? Lo que pasa que sois unos reprimidos, ya me teneis hartu! El paisano estaba tan metido en el partido, que no entendía nada. Miraba el partido y a Velino y no hallaba relación. "oiga, no me sea surrealista" Mida las palabra que le suelto una patada en los cojones.... ¿A mí, onde iras tú, alopecico? Velino, tan sensible a los insultos, se avalanzó sobre él soltándole una ráfaga de chirucazos y gritando: "Servanda, por ti parto-y la cara a cualquiera" Pero al acabar la pelea, la mesa estaba vacía. Tan sólo la cuenta, 500 € incluidos desperfectos y una nota escrita en el mantel: "No te quiero nada, pero todo estaba muy bueno".....

1 comentario

Buff -

Imaginación no te falta, sigue así y a lo mejor ganas un premio de relato corto. Yo sigo diciendo lo mismo: otra de oricios, por favor y si es en buena compañía mejor. Qué ye que Velino ye tontu y Servanda aguililla, pues haber pedido susto en lugar de oricios, cariñín. jejejejeje.